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Emprender en pareja: cuando la startup se construye en base a una relación 24/7

Publicado el 14 de febrero de 2019

¿Qué es el amor? Parece una pregunta trivial y obvia, pero claramente no lo es. Miles de canciones se han inventado con ese motivo. Las más grandes historias de la humanidad han tratado de indagar el tema. Y aún así, seguimos teorizando sobre lo que nos parece difícil de aplicar a la práctica.

Tan importante es que le dedicamos un día completo al año. Según Matthieu Ric

ard, el monje budista declarado como el hombre más feliz del planeta, advirtió en su paso por Chile que “el amor es lo único que se multiplica cuando lo inviertes”[1].

¿Pero qué ocurre cuando el amor trasciende al ámbito de los negocios?

En ChileGlobal Ventures tenemos tres historias de parejas que han emprendido y que nos cuentan lo que significa construir una empresa en base a una relación 24/7.

Nutritarian Foods – Rikü

Marcela y Patricio, fundadores de la marca de productos en base a súper-alimentos Rikü, se conocieron hace más de 21 años y ya llevan 18 años de matrimonio. Durante sus primeros años de casados, cada uno fue desarrollando una carrera y experiencia profesional diferente. Marcela siempre enfocada en alimentos, específicamente en desarrollo e innovación en empresas multinacionales, y Patricio en consumo masivo en empresas familiares.  “Y así, en una simple rutina de fin de semana se alinearon los planetas e hizo sentido dar el tremendo paso adelante que significa emprender”, explica Patricio.

¿Cuáles han sido las ventajas de haber construido juntos una empresa?

Patricio: “La gran ventaja que vemos es que estamos construyendo un sueño para todos, respetando aún más nuestras individualidades y fortaleciendo un trabajo en conjunto que puedan heredar y plasmar nuestros hijos.  Respetar cada metro cuadrado del otro es un gran aprendizaje. No cabe duda, que hijos de padres emprendedores se educan con ganas de trascendencia”.

¿Y las desventajas? ¿Qué han aprendido de ellas?

Patricio: “El hecho de trabajar en la misma empresa hace que sea difícil separar el trabajo de la vida cotidiana y personal. Es natural seguir conversando en casa y fines de semana del trabajo, y eso es una de las primeras acciones que deben corregirse. Hemos aprendido a tener respeto máximo del uno por el otro. Si el sueño es gigante, la resiliencia y el apoyarse mutuamente en el ámbito de acción deben ser mayor. Aprendimos que el humor es vital. Además de mucha, mucha, pero mucha paciencia”.

¿Qué similitudes existen entre construir una relación de pareja y una startup;  dado que tienen una relación con su startup 24/7? 

Patricio: «Los inicios de una startup con una relación no son muy diferentes: no hay sensación de pausa, cada minuto se va construyendo. Al principio los dos estábamos enamorados a morir; tanto de nosotros mismos como de la empresa. Todo se ve perfecto; aunque con el paso del tiempo aparecen las fortalezas y debilidades de cada uno.

Pero como el verdadero amor, como los verdaderos emprendedores, se prueba todo en las dificultades. Se construye y acepta. Se van sincerando las intenciones y las expectativas. Si se sabe trabajar eso, la recompensa es infinita.

Luego vienen los hijos, de carne y hueso y con alma. Podríamos decir que el símil de los hijos en la startup son los productos: estás feliz con ellos y quieres que sean los mejores del mundo, que todos te los encuentren fenomenales.

Son muchas las similitudes. El matrimonio ha sido una escuela y una preparación para construir nuestra empresa juntos. Y como en el amor, queremos ir a por más con Rikü».

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BioClass

La historia de Ana y Rodolfo inició en las salas de clases, hace nueve años atrás, estudiando Ingeniería en Biotecnología en la universidad. Nunca imaginaron que formarían una empresa juntos, aunque expresan que la experiencia de haber estudiado juntos los preparó para formar su propia startup, sin desgastar la relación en el camino.

¿Cómo llegaron a desarrollar la startup juntos?

Rodolfo: “En el 2015 Ana trabajaba como asistente de laboratorio en un centro de investigación. Los fondos del proyecto se estaban agotando y su futuro en el cargo se veía muy incierto. Por otro lado, yo había terminado mis funciones en una empresa de educación científica y tecnología. Esta época de incertidumbre para ambos nos abrió la oportunidad de ser creativos y pensar en generar “algo” que pudiese combinar nuestras habilidades e intereses.

Fue así como en noviembre del 2015, junto al revuelo social y necesidad de divulgar y darle más visibilidad a la ciencia en nuestro país, surgió la idea de combinar nuestras pasiones: ciencia, educación y emprendimiento. Después de estudiar, analizar y barajar nuestras opciones, en enero del 2016 nació oficialmente BioClass, donde buscamos acercar la ciencia moderna a la comunidad escolar”.

¿Tienen alguna anécdota sobre su startup en la relación?

Ana: “En nuestra startup compartimos continuamente con estudiantes de enseñanza media, en talleres, programas y/o academias escolares de biotecnología. Nos ha ocurrido en varias ocasiones que las estudiantes se “enamoran” de Rodolfo y me preguntan cómo se llama el profe, cuántos años tiene, si tiene polola, etc. También ha ocurrido que estudiantes hombres han anotado en las pruebas su número de teléfono con corazones y mensajes de amor para mí, y se lo comentan a Rodolfo. A veces, los estudiantes hacen apuestas entre ellos, algunos dicen que somos pareja y otros dicen que somos muy distintos para ser pololos, por lo que están un buen rato analizándonos para llegar a una conclusión.

Para nosotros resulta bastante cómico, intentamos no realizar ninguna acción que denote que somos pareja, ya que a los adolescentes les encanta saber todo”.

¿Qué recomendación le darían a parejas que quieren emprender?

Ambos: “El principal consejo que podemos dar a las parejas que decidan emprender juntas, es que logren separar y tener clara cuál será la función y el rol que cumplirá cada uno en el proyecto, y en función de esto deben trabajar alineados y orientados al logro de los objetivos y metas.

Creemos que esto es esencial no sólo para optimizar el tiempo y trabajo de la startup, sino que es importante para la vida personal, ya que el contarse cosas del trabajo fuera del horario laboral es liberador en un ambiente de confianza como pareja.

Por otro lado, es muy probable que los primeros meses o años el principal tema de conversación sea la empresa, lo cual es normal que suceda. Sin embargo, deben ser conscientes de generar espacios y momentos que tengan cabida a todos los ámbitos de la vida”.

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Austral Falcon

Dicen del vino, que, si es chileno, es bueno. Para Horacio y Antonia, fue la clave para unirse en los negocios y algo más. El vino es el actor principal de su startup y la razón por la cual se conocieron. Horacio ayudaba a promocionar la viña boutique de su hermano en una cata de vinos y Antonia se encontraba de invitada. Antonia degustó uno de los vinos que servía Horacio. “Después me agregó a Facebook y de ahí empezamos a salir. De a poco me fui dando cuenta de la importancia de esta mujer en mi vida” afirma Horacio.

Actualmente se encuentran desarrollando Austral Falcon, una startup que permite dimensionar la cosecha de uvas para los productores vitivinícolas de manera digital, a fin de calcular de manera eficiente y exacta la cantidad de kilos cosechados en cada temporada, evitando así pérdidas por mala estimación.

¿Qué similitudes existen  entre construir una relación de pareja y una startup;  dado que tienen una relación con su startup 24/7? 

Horacio: “Creo que en muchos sentidos formar una startup y construir una relación de pareja requieren de las mismas habilidades, ambos requieren de paciencia y perseverancia cuando las cosas salen mal, visión de largo plazo que te permita no perder de vista tu objetivo final sin importar los problemas que puedan surgir en el proceso y saber identificar a las personas con las habilidades más idóneas para abordar distintos desafíos”.

Antonia: “¡Hay que quererla! A veces nos trae malos ratos o desafíos que nos desalientan; pero volver a pensar por qué comenzamos en el inicio, te ayuda a darle el valor que merece”.

¿Cómo llegaron a desarrollar la startup juntos?

Horacio: “Mientras yo trabaja en DUOC comencé con la idea de emprender. Siempre me habían atraído mucho los drones y pensé que el levantamiento de imágenes multiespectrales con este tipo de equipos podría ser una opción. Fui con esta idea donde un tío de Antonia, que trabajaba en una viña y me dijo que, si bien recoger data era relevante, el gran problema que tenían hoy los viñedos y sobre todo los más grandes era cómo estimar cosecha. Salí un poco desanimado porque mi primera idea no prendió. Me puse a averiguar sobre el problema de estimación de cosecha. Fue así como nació Austral Falcon. Luego decidimos junto a mi socio Mario postular este proyecto a la convocatoria Generación Impacto de ChileGlobal Ventures y me pareció lógico agregar a Antonia como parte del equipo, porque incorporaba los conocimientos del área agrícola y una red de contactos que ninguno de los dos tenía en ese momento. Finalmente cuando nos ganamos la convocatoria ella misma me dijo que quería ser parte de la sociedad. Mario y yo accedimos porque Antonia no sólo trae conocimientos y red de contactos, sino que además una tremenda empatía, lo que hace más llevadera las situaciones adversas”.

¿Qué cosas son esenciales para emprender juntos?

Antonia: “La comunicación es crucial. Lo es para cualquier relación, pero especialmente en una donde hay un doble rol.  Cuéntense todo. Es necesario apoyarse y ser abierto a que el otro tenga otra opinión y llegar a acuerdos de inmediato. No esperen a comunicarse los temas esenciales, ya que dejar cosas pendientes puede dañar y poner en jaque la relación; lo cual al final es malo tanto para la relación como para la startup”.

Conoce más de esta startup aquí 

 

[1] https://www.theclinic.cl/2014/04/25/aww-el-hombre-mas-feliz-del-mundo-recomienda-el-amor-como-inversion-mas-segura/